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Tte General Don Luis Maria Campos

Nació en Buenos Aires en 1838, fue amigo desde la infancia de otro gran soldado, el General Garmendia. En 1859, se presentó y en listo en Primer Regimiento de Guardias Nacionales, desde entonces, se transformó en una pieza invariable, un soldado para servir al alto interés de la Nación.
Se destacó siempre como un oficial de mando exigente, casi duro, pero con el propio ejemplo, porque era muy exigente consigo mismo.
Se fogueo en la defensa de la isla Martín García y luego en la defensa de dos sitios que los ejércitos de la Confederación le impusieron a Buenos Aires. En todos estos hechos ya se fue perfilando como Oficial disciplinado, preocupado por sus hombres y muy valiente en combate.
Su prestigio se fue incrementando al prestar servicios en el Batallón 6 de Infantería de Línea del cual fue jefe de compañía y jefe de batallón, vale decir que paso muchos años en la misma unidad conociendo a todos los hombres y moldeando sus espíritus en las normas sanmartinianas. Así lucho en Pavón y Cañada de Gómez y marcho a La Rioja contra Peñaloza. En 1864, fue ascendido a sargento mayor y por ese entonces trabo amistad con el Capitán Julio A. Roca, lazo que continuaría de por vida entre ambos.
Con su batallón cumplió varias misiones en San Luis y Mendoza a través de lo cual iba puliendo esta unidad a su gusto: disciplinada, instruida, ágil, y con gran espíritu de cuerpo. Esta preparación le sirvió para una prueba crucial; la Guerra del Paraguay. Sus bravos se llenaron de gloria en Yatay, Uruguayana, Estero Bellaco, Tuyutí y Curupayti. A raíz de una herida en esta batalla tuvo que ser trasladado.
Terminada la Guerra en 1870, el gobierno lo ascendio a General. En ese entonces tenía treinta y dos años. En febrero de ese año acompaño al Presidente Sarmiento en la visita que le hizo a Urquiza en su residencia de San José )Entre Ríos).
Allí Luis María Campos, héroe del Paraguay y renombrado jefe, conoció a Justo José de Urquiza, la hija predilecta del vencedor de Caseros, con la que se casaría tres años más tarde.
Cuando Roca siendo Ministro de Guerra, inicio la gran epopeya del desierto, Campos se hizo cargo de esa tarea. Fue tres veces Ministro de Guerra y en su cargo puso de manifiesto su talento militar. Opinaba que no solo en el campo de batalla se hacía profesional el oficial, sino también en las aulas a través del estudio, y fue así que con mucho entusiasmo y empuje creo la Escuela Superior de Guerra.
Este instituto abrió sus cursos el 25 de Abril de 1900 y así se concretó una nueva etapa de preparación militar académica, porque desde 1810 estuvo ocupado en los campos de batalla regando con sangre el camino que recordaría la Patria al crecer y hacerse Nación.
El Teniente General Luis María Campos fue de esos soldados que además de la experiencia de combate nunca dejo de auto prepararse y cuando la tranquilidad de la paz lo permitió se preocupó de que el valor, la grandeza el honor y el arrojo tuvieran correlación con la técnica y la ciencia militar.