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Plazoleta Tato Bores

Plazoleta Tato Bores

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Ubicación: Av. de los Ombúes y Av. Figueroa Alcorta 
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De ascendencia judía y familia de bajos recursos, Mauricio Borensztein (Tato Bores) nació el 27 de abril de 1925. Su padre era un comerciante de pieles con importantes intereses sobre la religión. La familia estaba radicada en una vivienda del centro porteño, cerca de la Avenida Córdoba y Libertad. Tuvo otros dos hermanos, Abraham (el mayor) y Enrique (menor).

Con poco interés por el estudio, fue expulsado de la escuela Julio A. Roca, donde realizó parte de sus estudios primarios. Luego, continuó en la Escuela Técnica № 1 Otto Krause, pero solamente hasta tercer año, por lo que no pudo finalizar la secundaria. A la edad de 15 años comenzó a desempeñarse como plomo (aquella persona que carga partituras e instrumentos) para la orquesta de Luis Rolero y René Cóspito, ya que le agradaba el jazz y el piano. A su vez, estudió clarinete y a los 9 años tuvo pequeños trabajos en el Teatro Nacional Cervantes como acomodador del público.

En la despedida de soltero del músico Santos Lipesker, Borensztein contó unos chistes, y entre los presentes se hallaba Julio Porter, uno de los mejores guionistas de aquella época, y el cómico Pepe Iglesias «El Zorro». El reconocido Iglesias lo convocó en 1945 para que fuera su partenaire en Radio Splendid, y Porter le asignó el seudónimo por el cual fue reconocido mundialmente: Tato Bores. Luego, en 1946, fue contratado para trabajar en La escuelita humorística, con Pepe Arias caracterizado como el maestro Ciruelo y Tato como El niño Igor, un personaje que gracias al éxito obtenido, tuvo una sección propia titulada: Las aventuras de Igor, que fue levantado del aire por la grave popularización de su habla. Bores recordaba: "Porque los chicos comenzaban a hablar como Igor en la escuela". Un año antes, en 1945, había trabajado en Madame 13, pieza teatral con Olga Zubarry.

En 1947 debutó en cine con un breve papel en La caraba, con dirección de Julio Saraceni y la actuación especial de Olinda Bozán. Tras incursionar con pequeños papeles en films de principios de los años 1950 dirigidos por Don Napy, Catrano Catrani, Mario C. Lugones y Román Viñoly Barreto, fue contratado para actuar en una película muy exitosa y reconocida: Mala gente (1952), una comedia dramática con Hilda Bernard. Luego, compuso simpáticos personajes en Vida nocturna (1955) e Historia de una carta (1957), de la compañía cinematográfica Malvinas. Ocasionalmente, cumplió roles dramáticos en Mala gente y Camino al crimen, con Juan Carlos Altavista.

Después de su labor en la radio, continuó con actuaciones en teatros como el Maipo, con Fanny Navarro, El Nacional, cabarés y participaciones en vodevil. Mucho antes de su llegada a la televisión, Tato había comenzado a diseñar sus personajes con disfraz y hablando de forma rápida y verborrágica. El 12 de mayo de 1954 contrajo matrimonio con Berta Szpindler, a quien había conocido cuando era empleada en un negocio de discos que él y su hermano menor mantenían. Sin embargo, el padre de Berta advirtió que Tato debería dejar su trabajo y buscar otro; al aceptar, Szpindler abandonó a su familia.3​ Realizaron la luna de miel en La Falda, Córdoba, por tan solo cinco días, como aclaraba la licencia del Teatro Maipo. Con grandes dificultades económicas, una amiga de la pareja les prestó un departamento en Juncal y Rodríguez Peña por cinco meses para restablecer su situación financiera. En 1956, incentivado por Pepe Arias, hizo monólogos tras la caída del peronismo en los teatros El Nacional y Comedia.

Consagración

Por cuatro años, de 1957 a 1960 y por Canal 7 (Hoy Televisión Pública) acompañó a Dringue Farías en La familia GESA se divierte, luego llamada simplemente La familia GESA, donde como atracción principal, se encontraba la cantante Virginia Luque, que formaba parte del elenco femenino con Gloria Leyland y Nelly Prince. En 1957 debutó por el mismo canal en Caras y morisquetas, con libretos de Landrú (Juan Carlos Colombres), donde realizaba monólogos y comenzó a utilizar el frac, la peluca y el habano, que tanto lo caracterizaron. En una nota, Bores aclaró: "Con Landrú nos divertimos como locos, podíamos decir cualquier cosa. No se podía hablar de Perón ni del peronismo, pero todas las demás se las bancaban".

"...tal vez podría haber sido abogado. Pero eso lo pienso ahora. Porque tal vez el único amago de vocación de aquellos años radique en cosas muy simples, como por ejemplo la veneración que tenía por las películas de Mickey Rooney. Una noche en la ópera la vi catorce veces".

En 1960 comenzó por Canal 9 Tato, siempre en domingo con libretos de César Bruto y, fue donde sus recordadas frases que lo caracterizaron a lo largo de su trayectoria.4​ Por aquel trabajo, recibió de APTRA un premio Martín Fierro como Mejor Actor Cómico de 1960. La idea del frac había sido propuesta por Brutto, ya que -como él decía- había que tener el traje puesto porque quizás con el constante cambio de ministros durante el gobierno de Arturo Frondizi, él podía ser elegido para ocupar un cargo. En aquel programa, aparecía un cartel con la frase: "No culpe al espejo quien tiene la cara fea", mostrándose en la cámara. Con dirección y libretos de Guillermo Fernández Jurado, en 1962 incursionó en El televisor, con la protagonización de Blanca del Prado, quien cumplió su mejor labor cinematográfica en este film. Tato siempre en domingo se mantuvo hasta mediados de los 60 por Canal 11 con un elenco variable, del cual se destacaban los cómicos Fidel Pintos, Raúl Ricutti y Federico Manuel Peralta Ramos, que encarnaba un personaje que interrumpía los monólogos de Tato para recitar poemas o dejar mensajes que nadie entendía, respectivamente.1​ En 1966, después del derrocamiento del radical Arturo Umberto Illia, batió récords de audiencia con su monólogo dominical, diciendo: "Ustedes estarán esperando que yo hable de la que se armó. Pero de la que se armó no pienso hablar y de la que se va a armar mucho menos". Entre 1971 y 1973, trabajó con Jordán de la Cazuela, a quien consideró su mejor libretista, y con el que mantuvo una amistad, hasta que falleció en un accidente aéreo en Europa. En la década de 1970 volvió al Teatro Maipo con espectáculos revisteriles y entre 1971 y 1972 estuvo a cargo de la conducción de Por siempre Tato, donde realizó un excelente monólogo sobre la vuelta al gobierno de Perón.

"El monólogo tiene una clave: es una especie de reportaje político; yo leo los titulares de los diarios y cuento las noticias en el escenario agregándole un comentario jocoso. Pero siempre hay que actualizar la información: un chiste político del jueves no hace reír el viernes".

Alternando diversos medios y con gran apoyo por parte de la prensa, en 1972 protagonizó con Norman Briski la comedia Disputas en la cama, también conocida por su nombre alternativo: Los divorciados, prohibida para menores de 18 años. En 1973, Jordán de la Cazuela sucedió a César Bruto, en Dígale sí a Tato, por Canal 13, señal por donde un año después, en 1974 fue anfitrión de Déle crédito a Tato, con Aldo Cammarotta en el guion. Ese mismo año, un secretario de prensa de Isabel Perón ordenó sacar del aire a Bores, aprovechando la excusa del duelo nacional por la muerte del expresidente Juan Domingo Perón, por lo que quedó excluido de la televisión estatal. En 1975 se presentó en el Teatro Estrellas con su espectáculo: Hello, Tato, al lado de Cristina Allende. Además, al año siguiente, encabezó en el Teatro Del Globo con Ana María Cores Pobre Tato, ambos con libro y música de Jorge Schussheim y dirección de Lía Jelín.5​ En 1976, instaurada la Dictadura Militar, también conocida como Proceso de Reorganización Nacional, comenzó la escasez de trabajo para los artistas, muchos de los cuales debieron exiliarse por amenazas de muerte.

"...yo no tengo miedo a opinar, tengo miedo de convertirme en otro imbécil más que por el hecho de ser notorio se cree que al público le interesa su opinión. ¿Por qué un artista o un tipo notorio tiene que andar diagnosticando, tirando la precisa? ¿Acaso uno por tener un cacho de fama sabe más que un albañil, que un colectivero? Por favor, dejémonos de jorobar..."

Retornó al medio televisivo en 1978 con Tato para todos, emitido por Canal 13. En aquel ciclo, grabó una charla telefónica imaginaria para la sección Hola, señor presidente con el ex-mandatario (de facto) Jorge Rafael Videla, la cual no salió al aire. El hecho fue asunto de inquietud nacional, y en lugar de la conversación el cómico habló con su libretista, quien desde Estados Unidos le preguntaba por ciertos chistes, a los que respondía negativamente porque estaban prohibidos.1​ Fue precursor, junto con Mirtha Legrand, de comer delante de las cámaras. Bores, compartió mesas con invitados como Rodolfo Crespi, Raúl Alfonsín, Antonio Gasalla, Fernando de la Rúa, entre otros.

 

Socio activo de la Asociación Argentina de Actores (AAA), el primer presidente en TV (llevado por Tato) fue el ya mencionado Frondizi. Luego de que Bores dijera que en Argentina faltaba la escuela más necesaria de todas: la de presidentes, Arturo Frondizi llamó para felicitarlo. Mientras tanto, el mandatario Alejandro Agustín Lanusse lo invitó al casamiento de su hija después de que el presentador de TV se quejara en su programa por no haber sido invitado anteriormente. José María Guido, presidente de la Nación entre 1962 y 1963, se reunió con él, su libretista y otros humoristas del momento para comer en Olivos, hecho que días después, un comentarista de radio utilizó para denunciar la falta de seriedad: "Qué se puede esperar de un presidente que se sienta a la mesa con un grupo de argentinos que satirizan la angustia nacional". Sin embargo, el político que más frecuentó su programa fue Carlos Menem, que concurrió en tres oportunidades a lo largo de su primera presidencia (1989–1995), motivo por el cual Tato Bores tuvo que aclarar: "No somos amigos". En 1979, se activó una bomba en el palier de su casa, con tarjeta a su nombre, la cual fue desactivada por efectivos de la división Artefactos Explosivos.

En enero de 1982 actuó con Nélida Lobato en la obra teatral La mariposa, en el Teatro Maipo. A principios de los 80 filmó dos películas picarescas junto a su amigo, Alberto Olmedo: Departamento compartido y Amante para dos, ambas para el sello Aries Cinematográfica y bajo la dirección y guion de Hugo Sofovich. Estas serían las dos últimas películas que protagonizó, ya que en 1984 realizó un cameo para Sálvese quien pueda, donde no cobró y ni figuró en los créditos y en 1995 se lo vio brevemente en 1000 boomerangs. Regresando a Canal 13, también intercalaba en América 2 con libretos hechos por Geno Díaz, Juan Carlos Mesa y Santiago Varela. Para el teatro, su libretista preferido por el público fue Jorge Schussheim. Desde finales de la década de 1980 su hijo, Alejandro Borensztein, trabajó con su padre siendo guionista y director en varias ocasiones, instaurando los clásicos patines, la lluvia de papelitos y los teléfonos negros o blancos, al igual que el plato de fideos sobre el final de programa, con que convidaba a sus entrevistados y el champagne con el que brindaba, que eran un clásico del programa.1​ En televisión, sus siguientes trabajos fueron Tato por ciento (1981), Extra Tato (1983), Tato, que bien se TV (1984), Tatus (1985), Tato Diet (1988), Tato al borde de un ataque de nervios (1989), con el cual finalizó la década. En varios de sus programas, también se llevaban a cabo sketches con Roberto Carnaghi - un funcionario corruptísimo que ilustraba perfectamente la ética gubernamental de aquellos días, por el cual ganó un premio Martín Fierro como Mejor Actor de Reparto -, Mirtha Legrand, Vicente La Russa, Gabriela Acher - que hacía de una mujer que estuvo embarazada mucho tiempo porque su hijo no quería nacer en Argentina - entre otros. En 1986 protagonizó con Carlos Perciavalle, apodado "El Rey del Café-Concert" el espectáculo teatral La Cage aux Folles, en el Teatro Metropolitan, haciendo varias temporadas hasta 1988. En 1987 un funcionario radical consideró que los chistes de Tato no eran convenientes en tiempos de elecciones y no le renovaron contrato hasta 1989, cuando volvió apoyado por Canal 13.

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